Vi un Cielo nuevo y una Tierra nueva; porque el primer Cielo y la primera Tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Apocalipsis 21:1
viernes, 27 de agosto de 2010
SEGURO DE SÍ MISMO
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”. 1 Juan 4:18
El temor nos hace realizar actos verdaderamente asombrosos. El más “alérgico” al agua, que nunca ha entrado a una piscina y que, por supuesto, no sabe nadar, puede cruzar un río desbordado, como si fuera un campeón olímpico, si lo vienen persiguiendo para matarlo. El temor está relacionado con la inseguridad.
El apóstol se refiere, en el versículo de hoy, al temor que es fruto de la cobardía, no al deseable “temor de Jehová”, que poseen los creyentes. Como dice Pablo: “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres” (2 Cor.5:11). El temor de que habla San Juan es lo opuesto a la confianza; por eso no debe tener lugar en la mente del cristiano.
¿Cómo puede echar fuera el perfecto amor al temor? Lo hace porque el perfecto amor se centra en Dios. El cristiano que ama a Dios con todo su corazón no tiene por qué temer, pues, como dijo el apóstol Pablo: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”. El que ama verdaderamente no tiene miedo de Dios, ni tiene por qué temer las artimañas de los hombres. Es lo que ocurría con nuestro Señor cuando dormía en la barca mientras la tempestad llenaba de terror a los discípulos.
¿Te has preguntado alguna vez por qué Jesús no tenía miedo de nada? Ahora conoces la respuesta: Porque tenía verdadero amor y estaba perfeccionado en el amor, como dice nuestro texto.
Meditemos en lo siguiente: En la Palabra de Dios hay constantes exhortaciones a tener valor y vivir con valor. Parece que el valor es una de las virtudes destacadas del cristiano: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Jos. 1:9). Procura que Dios te libere de la tiranía del temor. Es una de las bendiciones que más necesitamos en el duro y difícil camino de la vida.
(Tomado de: Siempre gozosos)
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