miércoles, 28 de julio de 2010

PEDIR SABIDURÍA

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Santiago 1:5
¿Por qué se destaca la necesidad de la sabiduría? No se habla, por supuesto, del conocimiento de las cosas y los detalles, porque el conocimiento no garantiza el mejor razonamiento y mucho menos la mejor conducta. Proverbios señaló: “Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (2:6). Esta sabiduría que viene de Dios es especialmente útil para hacerles frente a las pruebas, porque nos permite ver las cosas desde una perspectiva “celestial”.
Una enseñanza importante de este versículo es la generosidad de Dios. Dios da “abundantemente” porque así es su naturaleza. Cuando pedimos sabiduría, un don que él desea darnos, su respuesta es positiva y “sin reproche”, lo que significa que Dios no nos recuerda constantemente nuestras carencias o fracasos.
La sabiduría de Dios puede llegarnos en la persona de amigos o consejeros. Dios puede hablarnos por medio de circunstancias que nos revelen su voluntad. Pero también ha provisto fuentes permanentes de sabiduría en su Palabra y otros materiales que comparten los valores divinos; es nuestro deber investigar estas fuentes con la inteligencia que Dios nos ha provisto.
La condición para recibir una respuesta de Dios es la fe. Y la fe se fundamente en el conocimiento de Dios. Debemos acercarnos a él con confianza, apoyándonos en sus promesas, y sabiendo que él “nos ama y que sabe mejor qué es lo que nos conviene”.

Meditemos en lo siguiente: Reconocer que tenemos falta de sabiduría es una señal de sabiduría. El sabio nunca está satisfecho con sus conocimientos, sino que busca constantemente ampliar sus criterios examinándolo todo y reteniendo lo bueno.
(Tomado de: ¡Libérate!)

No hay comentarios:

Publicar un comentario