viernes, 20 de agosto de 2010

“RESISTE LA TENTACIÓN”

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”. Efesios 6:16

Cierta vez, un grupo de turistas le preguntó a un anciano irlandés cómo llegar adonde iban. El señor le contestó: -si yo quisiera llegar allí, no comenzaría donde estoy ahora”.
Creo que el consejo de este anciano se aplicaría bastante bien a aquellos que quieren llegar al cielo algún día. ¿Cómo es su vida ahora? ¿En qué lugar se encuentra? ¿Se han introducido en su vida pequeñas deshonestidades? ¿Se encuentra repitiendo chismes maliciosos? ¿Permite que otros paguen por sus errores, o se otorga el crédito que pertenece a otro? ¿Se ha tornado impaciente con aquellos que no comparten sus opiniones o su experiencia?
El camino al cielo tiene que comenzar en una plataforma de arrepentimiento sincero. “El que no naciere de nuevo –le dijo Jesús a Nicodemo-, no puede ver el reino de Dios”. Y añadió: “El que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:3-5).
Un análisis rápido de nuestra vida actual podría indicarnos si el lugar donde nos encontramos es consecuente con nuestra vocación. Quizá concluyamos que, “si quiero llegar allá, no debo comenzar donde estoy”.
Meditemos en lo siguiente: Aunque en el camino al cielo dependemos totalmente de nuestro Guía Jesucristo, la elección de nuestro destino debe ejercer una influencia decidida sobre nuestra vida actual. Juan lo expresó de esta manera: “Y todo aquel que tiene esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (1 Juan 3:3).
(Tomado de: Herederos de promesas)

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