viernes, 16 de julio de 2010

EL TERMINARÁ LO QUE COMENZÓ

EL TERMINARÁ LO QUE COMENZÓ

“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Filipenses 1:6

El versículo de hoy es justamente un mensaje de ánimo que necesitamos entender para continuar creciendo en la experiencia cristiana. Jesús comenzó la obra en nuestra vida y ciertamente la terminará. En las olimpíadas, los entrenadores acostumbran a decirle a sus atletas: “La prueba no terminó mientras no la hayas concluido”. Siempre es posible recomenzar mientras no se dé el silbato final. Nadie se perderá en el día eterno porque una vez cayó. Si alguien se pierde será, con seguridad, porque, cayendo, no quiso levantarse de nuevo.

Jesús es un Padre amoroso y su mayor deseo es ver que sus hijos son adultos en la vida espiritual. El sabe que llegamos a este mundo cargando la naturaleza pecaminosa que nos lleva constantemente en dirección al mal. Eso nunca puede ser justificativo para vivir equivocadamente, pecando, pero es ciertamente la ocasión para que el Padre nos extienda su brazo poderoso, presto a salvarnos.

La obra de la salvación es enteramente divina y tiene que ver con nuestro presente, pasado y futuro.

Con respecto al pasado nada podemos hacer, pero Dios nos justifica. Sólo necesitamos aceptar su ofrecimiento. Con relación al presente podemos hacer algo: permitir que Dios santifique nuestra voluntad y que sus grandes obras de victoria vivan a través de nosotros. Con relación al futuro, el nos promete que finalmente erradicará de nuestro ser la presencia del pecado y nunca más sentiremos el deseo de pecar. Eso sucederá cuando el Señor regrese.

Meditemos en lo siguiente: La obra de la salvación está, pues, pronta a acompañarnos durante todo el proceso de nuestra vida. Por eso Pablo afirma que “el que comenzó en nosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. ¡Alabado sea Dios por eso!

(Tomado de: A solas con Jesús)

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